Mi primer viaje en avión, si bien los odio y pensé que sería una pésima experiencia, no lo fué... fué aún peor.

Mis maletas ya estaban armadas y yo sólo quería ver a mi padre, al cual no veía hace un año a causade su trabajo. Asunto decidido, ya que no podía venir, yo iría a el estas vacaciones. Mi madre me acompañó hasta donde estaba permitido y luego me entregó mi equipaje. Nos despedimos con un gran abrazo y un "cuidate mucho" un tanto robótico, me dirigí a mi suplicio. Cuando entré en el avión, todo estaba agradablemente limpio y ordenado, pero no por eso iba a pasar por alto mi nerviosismo. Busqué mi asiento, 7pasillo. Dejé mi equipaje donde suponía, ya que lo había visto en películas (un tanto nerd, lo sé) y me senté. Lo que más pedía, era que la persona que se sentaría a mi lado, no fuera comunicativa, ya que odio hablar con personas desconocidas. Ya instalada, y con mi atención en cualquier parte, alguien interrumpió mis superficiales pensamientos con un "permiso". Miré hacia ella, era una mujer que representaba unos 60 años de edad, por sus arrugas; Su cara era inexpresiva y a primera vista, parecía de acomodados recursos. Moví mis piernas para que pudiera pasar, se acomodó y suspiró.. aquí comienza lo peor. Los pasajeros estaban todos en sus respectivos asientos, y un hombre con una voz un tanto ronca, dijo con un altavoz: P"asajeros, abróchense sus cinturones, despegaremos". Los motores comenzaron a sonar, y yo al mismo tiempo a sudar. Aperté fuerte mis manos contra el asiento, y cerré mis ojos, mi estómago comenzó a dar vueltas como una ruleta, y mi cuerpo se heló. ¡Diablos! ¿Por qué las alturas me causan tanto miedo? No podía dejar de pensar, que en un par de segundos, iba a estar tan alto, que si por un ataque de pánico, mi cuerpo decidiera correr y lanzarse por la ventana, al momento de caer al suelo, ya estaría muerta. ¿Por qué no tomé un maldito bus?, aunque tardara 2 días más en llegar a mi destino, hubiera sido mejor para mi, mi cabeza y mi estómago.Mientras pasaban por mi mente todas estas cosas, el avisón seguía ascendiendo. Antes de llegar más arriba de lo que podía imaginar, la mujer a mi lado me dijo: Primer viaje, ¿Eh? Se nota en tu cara, no te preocupes, llegaremos bien, todo saldrá perfecto. Creo que prestar atención a sus palabras, fué el peor error que pude haber cometido... Todo mi desayuno salió por mi boca, dejando una no despreciable mancha en mis piernas, suelo y también en la mujer junto a mí. Más de una persona se voltió a ver, y en aquel momento mis ojos se cerraron, y mi cuerpo se dejó caer, suerte que tenía mi cinturón. Así fué como mi viaje culminó, todo el lindo avión sucio, gracias a mí, y yo, desmayada antes de comenzar a viajar. Cuando desperté, me encontraba derrumbada en una camilla, en mi lugar de llegada.

Linda primera experiencia, ¿eh?