He estado tan ausente estos últimos años en mi familia, que ya me siento más espectro que parte de ella.
No he asistido a funerales, no he acompañado en enfermedades y no me he preocupado cuando he tenido que hacerlo. Y para qué decir en los buenos momentos, ya que si es que alguna vez estoy feliz, es netamente por algo que me involucra únicamente a mí.
Esta vez debo hacerlo, no puedo dejar que uno de mis pilares fundamentales pase por esto solo, simplemente no puedo.
Fui tan inconsciente cuando estábamos sentados y me confesó lo que tenía, lo que le habían encontrado. Es decir, lo sentí por el, pero no pude hacer nada más, y aunque hubiera podido, creo que tampoco lo hubiera hecho. Al igual que cuando me contaron que mi abuelo tenía cáncer… lloré escondida sólo una vez, pero porque sentí que debía hacerlo, ya que nunca realmente me lamenté, y es verdaderamente extraño porque mi abuelo, es una de las personas que más adoro en esta tierra. Nunca lo llamé para saber cómo iba con su tratamiento, ni para saber si realmente tenían que operarlo, tampoco para saber cómo iba su recuperación... sólo me preocupaba de mí y la enfermedad que yo llevo dentro, la soledad.
Ellos gastan mucho tiempo en mí, y no he podido devolverlo… son demasiado buenos con alguien que no vale la pena.
Lo peor de todo es que cuando e sido testigo de que la preocupación rebalse todos sus límites, ha sido dirigida hacia mi persona. Tanto amor, tanta dedicación, tanta energía usada en una persona.
Esta vez no pienso quedarme de brazos cruzados viendo cómo se enfrenta por esto el sólo, no dejaré que mi ego absorba mis energías y me deje sin un resto para preocuparme por él, como debería ser, no puedo dejar que pase eso… nuevamente.