Siempre que el sol se escondía y la neblina se apoderaba del pueblo, salían a caminar... y este, era uno de esos días. Iban de la mano caminando por las orillas del río mientras hablaban de esos secretos que dejaron de ser oscuros en el instante en que se conocieron.
Las manos de ella estaban lo suficientemente frías como para pensar que estaba muerta, pero lo que estaba sintiendo en ese momento dejaba claras señales de que estaba más viva que nunca.
Cuando llevaban el suficiente tiempo caminando, ella soltó su mano y se plantó frente a él.
-¿Por qué nunca me miras directamente a los ojos cuando te hablo?-
-No creas que es porque escondo cosas o algo así, es sólo que al mirarte a los ojos es justo eso lo que no puedo hacer, esconderte cosas. Es como si escupiera y gritara todo lo que pasa por mi mente en el justo momento de centrar mis pupilas en las tuyas. No lo sé, es que a veces me gustaría poder reservarme ciertas cosas contigo, me gusta que compartamos tanto, pero a veces mis pensamientos necesitan un descanso… y por qué no, privacidad.-
-Tus pensamientos ya tienen privacidad, ¡vamos sigamos caminando!- Mientras volvía a retomar su paso y hacía que él lo hiciera también
-Quizás si, pero no tanto como lo tienen los tuyos, creo que escondes más de lo que deberías-
-Sabes que no te escondo nada y también sabes, que lo que no lo digo es simplemente porque no puedo expresarlo en palabras simples, más bien dicho, no puedo expresarlo ni siquiera en palabras.-
-Si...-
-Oh, vamos, no es necesario que contestes con monosílabos. Sigamos caminando que quiero seguir sintiendo la neblina entumecer mi cara- Llevando la delantera y Apurando su paso, tomando nuevamente su mano haciéndolo caminar a la fuerza porque él apenas levantaba sus pies del suelo.
El detuvo su caminar rechazando abruptamente el gesto de entrelazar sus manos mientras arrugaba su frente mirando al suelo y su cara se llenaba de angustia.
-Es absurdo, te estás haciendo daño, esto no puede seguir así, debemos detener esto… es, es realmente enfermizo y vaya que lo sabes-
Ella se detuvo y le dio la espalda por un par de segundos, luego se volteó hacia él e hizo de sus manos puños, sus ojos se llenaron de lágrimas mientras sólo pensaba en correr para evitar eso que se veía venir hace mucho, pero que ella bloqueaba por temor a ella misma.
-¿Qué es lo que es enfermizo?-
-¿Es necesario decírtelo para que nos duela aún más? Aunque aquí, a la única que esto le dolería en serio, sería a ti… porque sabes de donde vengo yo.
-¿Qué es lo que es enfermizo?- Repitiéndolo una vez más.
-Digamos que cuando te refieres a esas cosas que piensas y no puedes transformar en palabras, es realmente efectivo. Claro no las expresas de esa manera pero si las expresas haciéndolas cosas que tan sólo tu puedes ver.-
-¿A qué te refieres?
-Sabes que soy uno de tus pensamientos construidos, soy algo perteneciente a tu cerebro, soy algo que tan sólo tus ojos logran ver... soy algo irreal.
Cuando hablo de mirarte a los ojos y escupir todo lo que pienso, lo que escupo son tus pensamientos y es por eso que nunca haces que mire directamente a tus ojos, temes a lo que piensas-
Ella retrocedió un paso mientras sus ojos ya no aguantaban tanta agua salada saliendo de ellos. Se dejó caer al suelo.
-¿Por qué no simplemente me dejas seguirte imaginando?-
-Porque te volverás más dependiente de mi, de algo que no existe. Y vamos, es horrible sentir cosas mientras sabes que el cariño es recíproco, pero recíproco viniendo de ti misma, tu misma creas ese cariño y afecto que yo debo devolverte haciéndome partícipe en esta relación como un ser mientras te llevo de la mano.-
-Existes para mí… mientras sólo yo pueda verte y sólo yo pueda notar tu existencia, todo lo demás da igual, es a mi a quién haces sentir bien, a mi y a nadie más, es suficiente y está bien -
-No, no está bien, no es suficiente y REALMENTE NO ESTÁ BIEN.
Ella dio un pestañeo más mientras su nariz ardía, pero cuando abrió sus ojos después de ese microsegundo, el ya había desaparecido.
Una vez más se encontraba sola junto al río entre la niebla.
-Por qué no me dejaste seguirte imaginando….- Presionando sus uñas en sus piernas y deseando que su conciencia volviera a crear al ser que tanto amaba.
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